lunes, 30 de abril de 2012

Humberto Costantini

 

Inmortalidad 
Ocurre simplemente que me he vuelto inmortal.
Los colectivos me respetan,
Se inclinan ante mí,
Me lamen los zapatos como perros falderos.

Ocurre simplemente que no me muero más.
No hay angina que valga,
No hay tifus, ni cornisa, ni guerra, ni espingarda,
Ni cáncer, ni cuchillo, ni diluvio,
Ni fiebre de Junín, ni vigilantes.
Estoy del otro lado.
Simplemente, estoy del otro lado,
De este lado,
Totalmente inmortal.

Ando entre olimpos, dioses, ambrosías,
Me río, o estornudo, o digo un chiste
Y el tiempo crece, crece como una espuma loca.

Qué bárbaro este asunto
De ser así, inmortal,
Festejar nacimiento cada cinco minutos,
Ser un millón de pájaros,
Una atroz levadura.
Qué escándalo caramba
Este enjambre de vida,
Esta plaga llamada con mi nombre,
Desmedida, creciente,
Totalmente inmortal.

Yo tuve, es claro, gripes, miedos,
Presupuestos,
Jefes idiotas, pesadez de estómago,
Nostalgias, soledades,
Mala suerte…
Pero eso fue hace un siglo,
veinte siglos,
cuando yo era mortal.
Cuando era
Tan mortal,
Tan boludo y mortal,
Que ni siquiera te quería,
Date cuenta.

 

Humberto Costantini, cuentista, novelista y autor teatral, nació en 1924 y falleció el 7 de junio de 1987. Militante del PRT-ERP, hijo único de inmigrantes judíos italianos, sus días transcurrieron en el barrio de Villa Pueyrredon. Egresado en la carrera de veterinaria, este oficio no fue el único en su vida: ceramista, investigador y vendedor fueron sus labores mientras escribía y corregía con una disciplina y “atornillado a la silla”, como a él le gustaba decir. Desde 1963, y hasta 1975, publicó Un señor alto, rubio, de bigotes, Tres monólogos, Más cuestiones con la vida, Una vieja historia de caminantes, Háblenme de Funes, Los héroes de Trelew, y Bandeo. En 1976 se exilió en México. Regresó al país en enero de 1984. Su novela De dioses, hombrecitos y policías recibió el premio Casa de las Américas en 1979, y fue traducida al inglés, alemán, hebreo y búlgaro. Con su muerte quedó inconclusa su novela Rapsodia de Raquel Liberman.

Poeta leído por Jimena Arnolfi en el Primer Festival de Poesía en la escuela. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario